SÉ MÁS JUGUETE

Juegos simbólicos relacionados con el hogar

abaco de madera

→ Explicación

La competencia que se señala en la LOMLOE es la de “competencia emprendedora”, normalmente se le da a esta competencia una deriva empresarial que no es imprescindible. El desarrollo de esta competencia puede estar ligado a la capacitación para construir un proyecto de vida igualitario y saber llegar a ese proyecto: reflexionar, fijar objetivos, planificar procesos y llegar a la meta son habilidades de la vida, no solamente de la empresa o del capitalismo. Por ello, en la competencia emprendedora, desde la coeducación, siempre se ha incluido la autonomía personal y dentro de ella todo lo referente a la igualdad en el ámbito doméstico, haciendo hincapié en la corresponsabilidad y en la responsabilidad compartida entre hombres y mujeres por una conciliación de la vida laboral y personal o familiar.

Tradicionalmente, todos los juguetes referidos al mundo doméstico han ido dirigidos al público femenino, a las niñas: cocinas, planchas, lavadoras, escobas, fregonas, y hasta microondas y tostadoras de pan. Es decir, las niñas se han visto abocadas a jugar a “las casitas” en una especie de entrenamiento para lo que antiguamente se llamaba “sus labores”. Aunque esto nos suena ya muy pasado, no hay más que ver algunas publicidades de este tipo de juguetes para darnos cuenta de que han cambiado los colores pero no los contenidos (y a veces, ni los colores).

Las tareas domésticas son saberes fundamentales para conseguir una autonomía personal que nos permite afrontar la convivencia, en pareja o en casa compartida, desde la corresponsabilidad y la igualdad, desde la postura ética de no abusar del tiempo de las mujeres de nuestro entorno. Por ello, que los niños jueguen a juguetes que representan el mundo doméstico les prepara para una convivencia igualitaria en la que tengan habilidades para afrontar el día a día: alimentación, higiene, entorno saludable, orden,...

Romper el estereotipo, en este sentido, es presentar estos juguetes usados por niños que, en el futuro, comprenderán la necesidad de ser autónomos en lo doméstico para no abusar del tiempo de sus parejas, amigas o madres.

Así mismo, se ha estudiado, respecto a la cocina, su relación directa con la química y las matemáticas, puesto que los procesos culinarios son procesos químicos que transforman los elementos (en este caso, los alimentos). La cocina ayuda a entender procesos químicos complejos, así como las proporciones que son base de las matemáticas también. Hablamos, además, de competencia científica, al poner en marcha la experimentación, la observación de las reacciones y la fijación de estrategias de éxito por medio de la experimentación. Por lo tanto, quienes juegan a cocinar están, a la vez, desarrollando competencias científicas en el campo de la química, de la experimentación y de las matemáticas.